Palabras de Luiza Carvalho en el Trigésimo sexto período de sesiones de la CEPAL
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Señora Alicia Bárcenas, Secretaría Ejecutiva de la CEPAL, le felicito por el trigésimo sexto período de sesiones y por la invitación a ONU Mujeres.
Nuestro agradecimiento al gobierno de México, por su tradicional hospitalidad y felicitaciones por la presidencia del nuevo periodo de sesiones.
Nuestro saludo a las Delegaciones y representantes de países miembros de la CEPAL, a mis colegas de las Naciones Unidas, de la sociedad civil, amigos y amigas.
En América Latina y el Caribe se han dado importantes luchas y avances hacia la igualdad de género resultado de la determinación y acción del movimiento organizado de mujeres y feministas en sus varias expresiones, también de respuestas progresistas de los Mecanismos Nacionales de las Mujeres y los gobiernos. Durante las últimas décadas hemos visto resultados como:
- La aprobación de avanzados marcos legales y políticas públicas para implementar los compromisos internacionales en materia de empoderamiento de las mujeres e igualdad de género, de manera particular los contenidos en la Convención de Belem do Pará y la CEDAW.
- La creación y fortalecimiento de la institucionalidad para la igualdad de género y el avance de las mujeres, expresada en los Mecanismos Nacionales de las Mujeres que ya tienen rango ministerial en 12 países de la region.
- La mejora de los instrumentos para planificar e presupuestar con perspectiva de género institucionalizados en 12 de nuestros países.
- La inclusión de medidas especiales temporales para acelerar la participación política de las mujeres, como las cuotas, incorporadas por primera vez en Argentina en 1991 y extendidas en casi toda la región. Más aun, recientemente se ha extendido la adopción de la paridad, reflejado en la legislación de 5 países. Fruto de estos avances, 5 países Bolivia, Ecuador, México, Cuba y Nicaragua, están entre los países con la representación de mujeres en legislativos más alta del mundo.
- El incremento destacable de la participación de las mujeres en el mercado laboral a un promedio regional de 53% de un 40% en 1990. La única región a presentar este resultado en todo el mundo, aunque que la plena inclusión laboral de las mujeres sigue siendo unos de los mayores desafios.
- Un progresivo aumento del poder adquisitivo de las mujeres en la región, por ejemplo, a través del aumento del salario mínimo en sectores donde participan las mujeres en grandes números, Brasil logró reducir la brecha salarial que pasó de 30% en 2008 a 24% en 2014, favoreciendo a las mujeres menos escolarizadas. Chile, Colombia y Perú también presentan dados indicando los mismo avances
- La aprobación del convenio 189 de la OIT con Uruguay como primer país en ratificarlo a nivel mundial en 2012, y desde entonces, 12 países de la región se han sumado, constituyendo más de la mitad del total de los 22 países ratificantes.
- Los significativos avances en el establecimiento de marcos normativos de eliminación y protección contra la violencia con casi todos los países con leyes contra la violencia doméstica con significativo destaque a la región del Caribe; Hoy por hoy 10 países con legislaciones que amplían y toman en cuenta las distintas manifestaciones de violencia y 16 países aprobando leyes o reformas en sus códigos penales que tipifican el femicidio/feminicidio.
- Finalmente, destacan los altos estándares en el desarrollo de estadísticas de género en temas vertebrales para la igualdad de género, tales como el uso de tiempo y trabajo no remunerado, la violencia contra las mujeres, y la pobreza multidimensional. Al respecto quisiera hacer especial reconocimiento de la alianza que hemos construido con la CEPAL en materia de estadísticas de género con el liderazgo de México a través del INEGI e INMUJERES.
Estamos llamados a continuar con este excelente trabajo y a lograr mayor profundidad y transparencia en el monitoreo y rendición de cuentas.
ONU Mujeres propone utilizar la plataforma que ofrecen los ODS para alcanzar un Planeta 50-50 al 2030. El cambio está ocurriendo, con talento, recursos, innovación y compromiso podemos hacer que sea más rápido. Quisiera compartir con ustedes seis propuestas que consideramos centrales para hacer realidad este objetivo de aceleración de la igualdad.
- Asegurar una agenda de trabajo que reconozca las distintas manifestaciones de la discriminación y las desigualdades que recaen sobre las mujeres. La agenda de la igualdad es multidimensional; hoy en día hay una mejor comprensión que no se debe trabajar en silos. En este sentido, es fundamental reconocer los aportes y las agendas de las mujeres indígenas y afrodescendientes, rurales y todas las diversidades.
- Ampliar las fronteras de lo que hacemos. Nos encontramos ante una confluencia de agendas viejas, inacabadas y agendas nuevas. Hay temas que están muy bien posicionados en las agendas públicas y otros que no tanto. Hay dinámicas de exclusión y de género que entendemos bien y otras alrededor de las cuales tenemos que profundizar el conocimiento. Las agendas nuevas versan sobre lo urbano, el consumo y producción responsable, sobre el cambio climático –energía, agua, por ejemplo- y también sobre los hombres, las paternidades, las masculinidades y una revolución de corresponsabilidad del cuido, entre estado, empresas, hombres y mujeres.
- Frente a la desaceleración económica hay un riesgo de perder logros sociales importantes para las mujeres. Cuando los programas y servicios sociales no son suficientes, la carga sobre las mujeres aumenta desproporcionadamente. Las evidencias demuestran que hay que blindar e incrementar el financiamiento para la igualdad de género y las políticas sociales bien diseñadas contribuyen fuertemente a esto.
- Un llamado a una inversión sin precedentes para poner fin a la violencia contra las mujeres. Es indispensable que cambiemos esta situación por medio de un gran pacto poniendo el fin de la impunidad y el acceso a la justicia en el centro.
- Las mujeres son agentes— las organizaciones de mujeres y feministas han avanzado la bandera de la igualdad y ya sabemos cuán efectivas han sido. En el ámbito de la institucionalidad pública ese liderazgo ha de estar representado en los Mecanismos Nacionales de las Mujeres con poder de influencia y decisión dentro de los gobiernos, y en diálogo con las organizaciones de las mujeres y feministas.
- Finalmente, Ese liderazgo hay que cuidarlo y ampliarlo en todos los sentidos y la noción de Estado y democracia paritaria, que ONU Mujeres promueve, significa transformaciones cuantitativas y cualitativas en todos los sentidos, desde el ambiente doméstico hasta la participación política, la economía, la ciencia y la tecnología.
Es una responsabilidad compartida de los gobiernos, sociedad civil, academia, sector privado y organismos internacionales, asegurar que se siga avanzando. La Agenda 2030 y ODS nos permiten anclar lo logrado para superar retos y acelerar el ritmo por la igualdad.
Para finalizar deseo expresar mi reconocimiento a la organización y resultados de este trigésimo sexto período de sesiones de la CEPAL así como el importante insumo que constituye el documento Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible; y reiterar el compromiso de ONU Mujeres de seguir trabajando de forma conjunta con las demás agencias del sistema ONU, de manera cercana y coherente, optimizando nuestras acciones con los países y sus ciudadanías para el pleno logro de la Agenda 2030 en nuestra región.
Las expectativas en la región son altas y así debe ser: demos el paso por un planeta 50-50, por una América Latina y Caribe 50-50.