ONU Mujeres reconoce el aporte central de las mujeres a la democracia y al desarrollo sostenible

En el marco de la conmemoración de los 60 años del voto de las mujeres en México, se necesita acelerar el ritmo para el logro de la igualdad sustantiva, con impulso de la paridad y medidas afirmativas para que la participación política de las mujeres sea plena e igualitaria

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En el marco del 60° aniversario del derecho al voto de las mexicanas, ONU Mujeres valora los avances en el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres y la igualdad formal reconocida en México y, al mismo tiempo, hace un llamado a sumar todos los esfuerzos para acelerar el ritmo hacia la paridad y la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres.

Si bien México ha logrado importantes avances en la participación política de las mujeres gracias a la efectiva aplicación de medidas afirmativas, la paridad no ha sido lograda. En la actualidad, la representación de mujeres en el Senado alcanza el 33 % y en la Cámara de Diputados el 37%. Sin embargo, la participación sigue siendo muy limitada en el ámbito local: apenas un 7% de las presidencias municipales. Actualmente, el porcentaje de Diputadas en las Cámaras locales representa el 24 %.

 Un avance importante es la sentencia 12624 del 2011 del TEPJF que estipula la obligatoriedad de las cuotas de género, así como la integración de fórmulas con suplencias del mismo sexo. Asimismo, nueve entidades federativas del país estipulan la paridad de género en sus Códigos o Leyes electorales en la integración de las candidaturas a cargos de elección popular, y en el ámbito federal y en 17 estados se establece un porcentaje del presupuesto de los partidos políticos a fortalecimiento de liderazgos femeninos.

La presencia de mujeres en el poder ejecutivo de los tres órdenes de gobierno se encuentra lejos de la paridad. Sólo seis mujeres han sido gobernadoras y ninguna lo es en la actualidad. Del total de personas en puestos directivos superiores, las mujeres alcanzan sólo el 24%. En cuanto al Ejecutivo Federal, la participación femenina en los mandos medios y superiores representa apenas el 35.5% y se concentra en la más baja jerarquía (subdirectoras, jefas de departamento, enlaces).

La representación femenina en las entidades federativas en puestos de alta dirección apenas alcanza un 14.6%. En la Suprema Corte de Justicia Nacional, sólo 2 de los 11 ministros son mujeres. De los magistrados del Pleno de los Tribunales Superiores de Justicia en 2012, 28.6% eran mujeres.

Actualmente 187 países –México y todos los de la Región incluidos- han ratificado la Convención de la ONU sobre la Eliminación de todas Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) para que las mujeres participen en todas las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales; para que estén representadas en la vida política y pública de manera paritaria. Todos esos países se han comprometido a asegurar que las mujeres conozcan y ejerzan el derecho a votar y ser votadas y eliminar las barreras que impiden su plena participación.

En 1945, año de creación de las Naciones Unidas, el porcentaje de mujeres parlamentarias era apenas el 3%. Cuando se realizó la primera Conferencia Mundial de la Mujer en México en 1975, las mujeres representaban el 10.9 % de todos los escaños parlamentarios en el nivel mundial. Veinte años después, para la Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing en 1995, este porcentaje se había elevado apenas a 11.6%. En 2013, en el nivel global las mujeres ocupan el 21% de todos los escaños parlamentarios; el 25% en las Américas y sólo el 14% de las 274 cámaras parlamentarias en el mundo son presididas por mujeres. Sin duda estamos ante el desafío de acelerar el ritmo hacia la paridad.

En julio de este año, sólo 30 países en el mundo han alcanzado el piso básico del 30% establecido por Naciones Unidas de participación de mujeres en parlamentos, la mayoría de ellos lo ha logrado gracias a la acción afirmativa. De ellos siete son de América Latina (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, Argentina, México y Bolivia).  En América Latina, sólo en Bolivia y Ecuador las mujeres presiden el parlamento. Ambos países se distinguen por incluir la paridad en sus Constituciones, y Costa Rica y Nicaragua en su legislación secundaria. Ocho países en el mundo consagran la paridad en sus leyes: Francia, Bélgica, Senegal, Túnez y en Latinoamérica, Ecuador, Costa Rica, Bolivia y Nicaragua[i].

Para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es necesario que se apliquen todos los preceptos de la CEDAW en la agenda de desarrollo sostenible. Los Estados están obligados a hacer más; a poner todos los medios a su alcance, incluyendo mayores recursos económicos para lograr la igualdad de género, la igualdad de resultados en los hechos, igualdad sustantiva. Es necesario que impulsen acciones afirmativas a favor de mujeres y niñas que ayuden a eliminar las desigualdades estructurales, la discriminación y la violencia.

La plena participación y el liderazgo de las mujeres en pie de igualdad con los hombres ya no es una opción; es una necesidad urgente. ONU Mujeres, reconoce el aporte fundamental de las mujeres a la democracia y el desarrollo sostenible en México, y renueva su compromiso para trabajar con los tres órdenes y niveles de gobierno,  los partidos políticos, los mecanismos de justicia electoral, la comunidad política, las organizaciones civiles y se suma a los esfuerzos y las voluntades para lograr la plena participación política y económica de las mujeres.


[i]Fuentes: IFE 2013, Segob. Inafed. ONU Mujeres, PNUD y TEPJF 2012.Sistema Nacional de Información Municipal. 2013. Inegi. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2012. Inmujeres. Investigación 2011-2012. Inegi. Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2012. Información tomada del Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres 2013-2018. http://www.ipu.org/iss-e/women.htm. Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, Idea Internacional, 2013.