El cambio que vino con una Segunda Oportunidad

Fecha:

 “Necesitamos que haya más mujeres líderes, más mujeres empoderadas. Y es que vivimos en una comunidad donde a veces los ideales son muy diferentes entre familias y este proyecto de Segunda Oportunidad, viene a cambiarlos, a hacernos ver que la mujer tiene los mismos derechos, a volvernos mujeres empoderadas y emprendedoras. Este proyecto viene a hacernos sentir libres y sobre todo sentirnos responsables”, mencionó, María Guadalupe Montalvo.


Foto 1
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

A través del programa Segunda Oportunidad de ONU Mujeres, de la mano de las Secretarías de Igualdad Sustantiva y de Bienestar del estado de Puebla y SEPICJ AC, organización socia del programa en la región, lanzaron una iniciativa conjunta en la que se capacitaron a grupos de mujeres para administrar y mantener un invernadero (también llamados módulos integrales), con el objetivo de brindar una oportunidad de emprendimiento y resiliencia para ellas y sus familias.

“Cuando empezamos el proyecto teníamos a 20 mujeres y el número incrementó a 80, es un primer resultado muy satisfactorio para el proyecto”, comentó Josefina Montalvo, quien forma parte de SEPICJ AC y es coordinadora local del programa Segunda Oportunidad en Tehuacán, Puebla. 

Entre las beneficiarias están: Jaqueline García, originaria de San Cristóbal Tepeteopan; María Guadalupe Montalvo, de la zona Mazateca; Mónica Guadalupe Valencia, originaria de Tehuacán, y Gloria Elizabeth, de la comunidad de San Pedro Tetitlán.

El proyecto está diseñado para aumentar el empoderamiento económico de las mujeres, fomentar el liderazgo y la igualdad de género. “Allá en el módulo integral Sembrando Esperanza nos sentimos muy emocionadas, porque normalmente quien se ocupa del trabajo de campo son los hombres, y ahora, que todo el proceso va enfocado hacia las mujeres, nos sentimos muy contentas y empoderadas, nos sentimos llenas de actitud y de aptitudes.” Comenta Jaqueline García, originaria de San Cristóbal Tepeteopan.

Jaqueline de 24 años, es una de las mujeres que están participando en el proyecto de Segunda Oportunidad, ella junto con otras mujeres, colabora en el invernadero y ha podido observar cambios importantes dentro de su comunidad. Ella se ha dado cuenta de cómo su contexto actual ha ido cambiando, normalmente en su comunidad siempre se ha acostumbrado que los esposos van primero y después ellas. Siendo parte del proyecto se siente más integrada a las actividades del campo e incluso los hombres de la comunidad están abiertos a este conocimiento y a que sus esposas crezcan personal y en su formación educativa.

Foto 2
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

Como Jaqueline, María Guadalupe Montalvo, de la zona Mazateca, es ama de casa y tiene cuatro hijos y ve en este proyecto un factor de empoderamiento muy importante que la ha hecho sentirse más libre convirtiéndose en una líder dentro de su comunidad. Actualmente, desde su módulo llamado Mujeres de Impacto está capacitándose para mejorar su calidad de vida y la de su familia.

“Necesitamos que haya más mujeres líderes, más mujeres empoderadas. Y es que vivimos en una comunidad donde a veces los ideales son muy diferentes entre familias y este proyecto de Segunda Oportunidad, viene a cambiarlos, a hacernos ver que la mujer tiene los mismos derechos, a volvernos mujeres empoderadas y emprendedoras. Este proyecto viene a hacernos sentir libres y sobre todo sentirnos responsables”, mencionó, María Guadalupe Montalvo.

Foto 3
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

Actualmente, con la crisis sanitaria por COVID-19 que ha generado el cierre de escuelas y guarderías, se requiere resolver el cuidado de niños, niñas y adolescentes en horas laborales. Generalmente las mujeres son encargadas de las tareas de educación dentro del hogar, así como de las actividades de limpieza, coordinación logística del hogar, ocio y entretenimiento para las personas integrantes de la familia. En México, las mujeres asumen en promedio 39 horas semanales de este trabajo no remunerado, tres veces más que los hombres. En el contexto actual, esta carga invisible se incrementa.

“Este proyecto no solo ha beneficiado a las mujeres, creo que también impacta a las familias en general. En mi caso, mis hijos no están yendo a la escuela por la pandemia, así que, me ayudan en mis turnos en el invernadero, están trabajando y aprendiendo, porque no nada más es la escuela, también es trabajar en las actividades que tenemos todos/as. Ellos ya saben cuidar a las gallinas, regar y saben todo el proceso que conlleva, por eso digo que el proyecto también beneficia a quienes nos rodean”, finalizó María Guadalupe Montalvo.

Foto 4

Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

Otro de los factores importantes que han visto las beneficiarias del proyecto es la integración de algunos de los miembros de su familia en lo que ellas están aprendiendo. En el caso de Mónica Guadalupe Valencia, originaria de Tehuacán, este proyecto también ha beneficiado a las mujeres de su familia.

 “Yo soy ama de casa y junto con mi mamá, mi abuelita y mi suegra estamos retomando lo aprendido en el proyecto. Las tres ya son mujeres mayores y les dan muchas ganas de participar; mi abuelita que es una persona de 60 años se siente productiva. El proyecto nos ha motivado para que no solo las mujeres del módulo se involucren, es un proyecto en el que veo a mi hijo de cuatro años involucrado y aprendiendo. Tiene un impacto enorme porque se involucran los varones, la familia e incluso los vecinos.”

Foto 5
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

Las medidas desplegadas para hacer frente a la pandemia de COVID-19 ha hecho que SEPICJ AC como organización socia realice los ajustes necesarios para que el programa Segunda Oportunidad pudiera seguir operando para brindar las capacitaciones y cursos en el estado de Puebla. 

Josefina Montalvo, coordinadora local del programa Segunda Oportunidad en Tehuacán, Puebla, comenta sobre los cambios que el programa ha realizado para poder cumplir con sus objetivos. “Se hicieron varias adecuaciones porque físicamente cerramos los centros de aprendizaje y a la fecha se han ido haciendo propuestas más de manera virtual: capacitaciones, cursos, foros, charlas, conversatorios y van como 100 que hacemos enfocados a la propuesta de Segunda Oportunidad, que es retomar los estudios, el tema de la reinserción escolar, el empleo y el emprendimiento.” 

Gracias a esta adaptación al contexto de pandemia, mujeres como Gloria Elizabeth, han visto como un gran recurso el poder ser parte de este proyecto. Gloria es estudiante de ingeniería industrial, vive en la comunidad de San Pedro Tetitlán y a sus 23 años ha vivido un cambio notable a causa de la crisis sanitaria de COVID -19, adaptándose a una nueva normalidad.  

 “Yo antes asistía a la escuela y ahorita tomo las clases desde casa y pues mi vida ha cambiado radicalmente, pero eso también me ha dado tiempo para poder sumarme a este proyecto y me da tiempo para poder ir al invernadero, ayudar a regar las plantas y darle de comer a las gallinas.”

Foto 6
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

Aunque la vida de muchas mujeres cambió con la crisis sanitaria, los cursos y acompañamiento en línea, continuaron disponibles para el desarrollo de habilidades que les han permitido tomar el liderazgo de sus emprendimientos y crear fuentes de ingreso para sus familias. Incluso muchas de ellas han comercializado las hortalizas que cosechan en sus invernaderos. 

“Nosotros ya tuvimos la fortuna de tener nuestras primeras ventas, dentro de la misma cuadra de donde vivimos. El primer corte de acelgas que hicimos, cosechamos bastantes y dispusimos venderlas. Creo que si las vendimos en media hora fue mucho. La gente se emocionó porque dicen que en la plaza son de menor tamaño y de menor calidad y aquí donde las cultivamos nosotras están bien frescas” comentó Jaqueline García, de San Cristóbal Tepeteopan. 

En el caso de María Guadalupe Montalvo, los beneficios del programa van más allá de lo económico, ya que para ella el reto de haber comenzado con este proyecto durante la pandemia le ha dado habilidades nuevas, además del beneficio que ha encontrado en el autoconsumo de sus cosechas.

Foto 7
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

“Para mí la cosecha, fue más para el autoconsumo que vamos a tener en nuestro hogar, porque la pandemia nos ha puesto las cosas difíciles. Yo soy ama de casa y tengo una lavandería y no tenía conocimiento de nada de lo que es el campo, pero hemos perdido hasta el miedo y ahora tengo la oportunidad de hacer algo que antes de la pandemia no hubiera podido hacer. He conocido mucha gente, hemos tomado los cursos, tomado las capacitaciones y mi vida está cambiando a partir de este reto”, finalizó.

Segunda Oportunidad busca empoderar a las mujeres a través de proyectos como este que es implementado en zonas rurales y enfocado a mujeres que dejaron su educación, que quieren capacitarse, comenzar un emprendimiento o insertarse en el mercado laboral. 

“Este es un proyecto de satisfacción y empoderamiento. Yo creo que siendo mujeres se impuso más el reto con la pandemia y sí hay más ganas de salir adelante, de estar bien con tu familia, de emprender, de darle a tu familia una alimentación correcta”, finalizó Mónica Guadalupe Valencia de Tehuacán. 

Foto 8
Foto: ONU Mujeres / Dzilam Méndez

“Agradezco infinitamente el apoyo que nos están dando junto a SEPICJ, ya que nos ha llevado de la mano en este proyecto que estamos viviendo. Me siento muy contenta y feliz de poder emprender, de conocer y esto me ha llevado a relacionarme con más gente. Hemos tenido conversaciones con las mujeres de otros módulos que tienen invernaderos en Zinacantepec y hemos podido hacer una red de mujeres en la que nos vamos conociendo, vamos compartiendo experiencias y aprendizaje, y para mí, eso ha sido lo más bonito”, concluyó María Guadalupe Montalvo de la zona Mazateca. 

“Nos dicen que en México como mujeres tenemos un porcentaje menor de participación que los hombres.  Las mujeres hemos luchado por llegar a participar dentro de la sociedad y por eso nace Segunda Oportunidad, para hacer que las mujeres puedan llenarse de expectativas nuevas tocando tres temas muy importantes que son educación, emprendimiento y empleo”, finalizó Gloria Elizabeth, de la comunidad de San Pedro Tetitlán.

 

Sobre el programa de Segunda Oportunidad 

Versión en inglés