Palabras de Patricia Mercado, titular de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, en la presentación del Programa Insignia Ciudades y Espacios seguros para las Mujeres y las Niñas en el marco de Smart City Expo en Puebla

Fecha:

Buenas tardes,

Saludo respetuosamente a:

José Antonio Gali Fayad, Alcalde de la bella Ciudad Capital de Puebla.

Luiza Carvalho, Directora Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres

Ana Güezmes, Representante en México de ONU Mujeres

Miguel Ángel Riquelme, Alcalde de Torreón, Coahuila.

Nadia Navarro, Regidora municipio de Puebla

Luz Elena Morales, Secretaria de las Mujeres de Coahuila

Teresa Incháustegui, Directora del Instituto de las Mujeres de la CDMX

José Navarro Camacho, Responsable de Programas

Convivir y movernos en el espacio urbano en las mejores condiciones, es parte vital de nuestras ciudades como un irrenunciable que nos lleva a transformarlas en lugares más justos, más dinámicos, más inteligentes. Son lugares obligados a reinventar su razón de ser y sus enfoques, en función del avance y alcances cotidianos de las mujeres y niñas que las habitamos.

Esa es la inspiración del gobierno de la CDMX, dirigido por el Dr. Miguel Ángel Mancera, y esa es la misión de reflexionar y actuar a través de foros como en el que participamos el día de hoy.

Ciudades que aunque históricamente dieron pie al desarrollo de civilizaciones cada vez más avanzadas en cuanto al reconocimiento de derechos, han mostrado rezagos en la construcción de una visión igualitaria y han sido por mucho tiempo, espacios hostiles que segregan sin argumento coherente la convivencia y disfrute del espacio público, que condena aún a muchas mujeres a transcurrir sus vidas sin mayores oportunidades para desarrollarse plenamente.

Esto nos da pie para no olvidar que el ejercicio de la ciudadanía de las mujeres, es resultado de arduas luchas y actos de un alto valor simbólico, como el que recién cumplió 100 años y que fue el Primer Congreso Feminista de nuestro país.

Hoy el ejercicio de la ciudadanía de las mujeres es cada vez más plena y transformadora, y por ello tenemos el reto de una obligada construcción de un nuevo concepto de ciudad.

En 2008, por primera vez en la historia, más de la mitad de las personas que habitan el planeta, alrededor de 3,200 millones, tenía su residencia en una ciudad. Lo que se convirtió en el conjunto más impresionante de oportunidades individuales y colectivas.

Pero para alcanzar estas oportunidades, debemos reflexionar sobre los retos que nos impone que las ciudades no fueron pensadas ni construidas, en principio, tomando en cuenta las dobles o triples jornadas que desempeñan la mayoría de las mujeres de distintas edades y condiciones sociales, así como el trabajo que desarrollan en los hogares, tanto el doméstico, como el de cuidado.

Podemos constatar que aún se generan  barreras visibles e invisibles en las ciudades, donde los espacios de vivienda o residencia,  adecuados a la crianza y el cuidado de personas, no son vistos por los diseñadores de las políticas urbanas de vivienda, haciendo que las mujeres resuelvan en soledad estas tareas.

El diseño de los espacios de intercambio comercial y laboral,  continúan siendo pensados desde la visión masculina, donde por ejemplo: se necesita recorrer largas distancias, que para las mujeres que cargan con las tareas domésticas y de cuidado, ocupan un tiempo que las desgasta.

Y aunque se reducen estas brechas, es común encontrar realidades en México donde mujeres y niñas sufren varios tipos de violencia sexual en los espacios públicos, desde el acoso y las agresiones, que ocurren en calles, en transporte público y parques, dentro y alrededor de escuelas y lugares de trabajo, en baños públicos y en lugares de distribución de agua y alimentos, o en sus propios vecindarios.

Esta realidad reduce su libertad de movimiento y por lo tanto de crecimiento. Trunca las posibilidades de una carrera brillante y nos arrebata la oportunidad de ser liderados por mujeres que ven en el bienestar de sus comunidades el inicio de una vida pública.

A nivel mundial el impulso para cambiar esta situación nunca había sido tan fuerte.

Pues sabemos que de no ser capaces de cambiar, esto repercute no solo en mujeres y niñas, sino que afecta a sus familias, sus comunidades y ciudades. 

La consolidación de una iniciativa como lo es  Ciudades Seguras de la Organización de las Naciones Unidas,  tiene en su quehacer la obligación de instrumentar soluciones para el fortalecimiento de espacios de desarrollo en condiciones de igualdad, así como, la conformación de una nueva cultura que pondera el desarrollo laboral con el equilibrio familiar, conceptos que deben ir asociados a un factor de movilidad inteligente.

Esto es necesario sea acompañado por una ciudadanía organizada, y  por gobiernos que fortalezcan la potencialidad de las mujeres para el avance democrático de las comunidades que liderean.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera,  ante una nueva realidad de pluralidad política y social, ha colocado en la lógica de sus  decisiones a la ciudadanía, con especial énfasis en los derechos de las mujeres.

Por ello hemos impulsado una movilidad inteligente  que implica contar con elementos de seguridad, iluminación, accesibilidad, señalización, adecuación de los espacios y el transporte público. Para nuestro gobierno, es un  asunto que va más allá de las garantías individuales, a un asunto de carácter colectivo que nos afecta o beneficia a todas y todos, como lo establece la Carta Mundial del Derecho a la Ciudad que  fue signada por el Gobierno de la Ciudad de México hace ya 6 años.

Recordemos que esta, no sólo abarca las condiciones y garantías de cada persona, para trasladarse, transitar y acceder  a las oportunidades sociales, económicas, políticas y culturales; sino que además desde una perspectiva de género, obliga a elaborar criterios para la planificación urbana, la provisión de servicios e infraestructura que son parte de las condiciones que pueden permitirnos alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres.

Este debate tan sonado sobre el futuro de nuestras ciudades atraviesa ineludiblemente por un componente que obedece al papel activo y transformado que las mujeres le han impreso a nuestras urbes.

Y será en la medida en que se facilitan estos elementos en el diseño, planeación y ejecución de nuestras ciudades, que estaremos abriendo o cerrando el acceso de mujeres y niñas a la educación, la salud, al trabajo remunerado, al acceso a la justicia y a la participación política.

Los gobiernos debemos estar atentos y proporcionar los mecanismos suficientes e incluyentes para que todas las demandas asociadas a la generación de Ciudades más Seguras para las Mujeres y las Niñas, sean parte sustantiva de las preocupaciones y agendas públicas.

Hoy estamos irremediablemente ante dos visiones de Ciudad y debemos decidir por cual camino queremos ir: aquella visión que aísla para seguir dando espacio a estereotipos y roles de género y otra que fortalece de una vez por todas, la incorporación de las mujeres en cada uno de los ámbitos de la vida de las urbes.  

Es por eso que, a través del mandato del Dr. Miguel Ángel Mancera, desde el gobierno de la Ciudad de México, hemos fortalecido los servicios de seguridad pública para garantizar protección, tranquilidad y confianza de las mujeres en el transporte público, salvaguardando su integridad física y sexual.

Hemos fomentado el respeto y protección de los Derechos Humanos de las mujeres, mediante acciones de prevención y difusión; y hemos  promovido la cultura de denuncia de todo tipo de agresiones y violencia  sexuales contra las mujeres.

Quisiera platicarles algunas de las medidas implementadas en el sistema de transporte público de la CDMX.

Los datos registran diariamente en el sistema colectivo metro, 17 millones de viajes, de los cuales el 63% corresponde a viajes de mujeres, quienes realizan hasta tres viajes diarios para llevar a cabo sus tareas tanto domésticas como de cuidado, mientras que los hombres realizan un viaje diario ya que generalmente se dirigen a un solo destino.

Dentro de las medidas, se generó una política de separación de mujeres - hombres de dos a tres carros en 52 estaciones del Transporte Colectivo Metro, sumando un total de 102 estaciones (58% del total).

Se fortaleció la vigilancia en las líneas de aforo de pasajeros en el Sistema de Transporte Colectivo en 3 turnos.

Se establecieron 5 Módulos de servicio y atención a mujeres y niñas víctimas de violencia y delitos sexuales en igual número de estaciones.

Como parte de los alcances e implementación del Programa CDMX Ciudad Segura y Amigable para Mujeres y Niñas, hemos fijado en nuestro panorama 5 componentes que comparto brevemente.

  1. “Viaja segura” que es “adecuar los servicios de transporte público y concesionado de la Ciudad al uso y atención las necesidades de movilidad segura de las mujeres y niñas”.
  2. “Camina segura” que busca “recuperar y mejorar trayectos de tránsito peatonal para el acceso seguro y movilidad de mujeres y niñas al transporte de la Ciudad”.
  3. “Participa y contribuye a la seguridad” que pretende “fortalecer mecanismos de participación que promuevan el involucramiento de las mujeres en la planificación del desarrollo urbano”..
  4. “Gobierno sensible y cercano”. Que busca “profundizar la integración, agilidad y eficiencia en la atención a llamadas, casos y denuncias de violencia contra las mujeres dentro del Gobierno de la Ciudad de México”. Y por último:
  5. “Campañas de comunicación”. Para que todas las acciones que se implementen en el marco del programa propicien una transformación cultural que implique un cambio social.

Quiero señalar además la participación de la CDMX en el programa global para las Ciudades Seguras, que ha sido seleccionada como Sede del Foro Global que tendrá lugar del 22 al 25 de febrero de 2017 y recibirá a más de 40 ciudades del mundo para compartir sus experiencias, lo que representa una plataforma internacional de cooperación que nos permitirá intercambiar buenas prácticas con otras ciudades.

Para finalizar, más allá de mencionar las acciones emprendidas o las venideras, para alcanzar Ciudades más Seguras, hoy más que nunca, tenemos la oportunidad de impulsar un modelo de Ciudad que por primera vez incluya no como el deber ser, sino como una práctica cotidiana la perspectiva de género, la paridad, el reconocimiento justo y remunerado de las actividades laborales, la permanencia de derechos adquiridos, la participación equilibrada en diversos ámbitos y el fortalecimiento de la ciudadanía en general de las mujeres.

Los procesos que acompañan el surgimiento de la Ciudad de México como entidad federativa, considerarán como lo hacen las mejores experiencias globales, a las mujeres como las expertas de sus propias realidades.

El valor de su conocimiento será reconocido como una de las bases para el diseño de la nueva Constitución de la CDMX, que por cierto estará conformada por una constituyente paritaria, y para la conformación de los nuevos modelos territoriales de gobierno.

Muchas gracias.