Palabras de Lakshmi Puri, Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, en el Foro Forbes "Mujeres Poderosas" 2016

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Sra. Lakshmi Puri, Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres
Sra. Lakshmi Puri, Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres

Deseo expresar mi más profundo agradecimiento a Jonathan Torres y a Forbes por la invitación a participar en esta célebre reunión, que ha congregado a una impresionante alineación de defensores/as de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Estamos convencidas de que actualmente se trata del cometido más importante para nuestras sociedades y para la comunidad internacional, ya que entramos en un momento nuevo y determinante para el desarrollo sostenible y la paz y la seguridad con el liderazgo de las mujeres como impulsor clave.

Asimismo, permítanme agradecer a las autoridades mexicanas, especialmente a la Ministra de Relaciones Exteriores Claudia Ruiz Massieu, por su apoyo al proyecto de igualdad de género. Bajo su liderazgo, México es un actor global que promueve la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en los foros globales y regionales.

Agradezco a Roberto López, nuestro defensor mexicano de HeForShe y Presidente de Sony México, quien ha contratado artistas y productores para usar la música como medio de expansión de la visión de un planeta en donde las mujeres y los hombres sean iguales.

Doy gracias a Ana Güezmes, Representante de ONU Mujeres en el país, y a nuestro equipo local por su trabajo para acrecentar las fronteras de la igualdad de género en México.

Esta es mi primera visita a México como Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres y es realmente inspirador ver el papel que las mujeres mexicanas están jugando en la construcción de un futuro mejor para su país.

México ha sido el crisol sagrado de la lucha por la igualdad de género y la movilización política y social del movimiento global de las mujeres. La primera Conferencia Mundial de la Mujer se albergó en la Ciudad de México en 1975, coincidiendo con el primer Año Internacional de la Mujer.

La Conferencia congregó a 133 gobiernos y dio como resultado el Plan Mundial de Acción, que ofrecía un conjunto comprensivo de lineamientos para el avance de la mujer. Luego, en Copenhague en 1980, Nairobi en 1985 y Beijing en 1995, se establecieron objetivos estratégicos y acciones para el avance de las mujeres y el logro de la igualdad de género.

Se hizo la Historia entonces y la historia continúa para ser hecha hoy con ustedes, 100 mujeres celebradas hoy por Forbes, quienes se han convertido en íconos de la lucha por y del logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Ellas también son testimonio vivo del valor intrínseco e instrumental del liderazgo de las mujeres en sí mismo, pero también para todos los proyectos de la humanidad en todos los sectores, en comunidades, sociedad, economía y país. Las saludo en nombre de ONU Mujeres.

Me siento privilegiada de atestiguar los impresionantes logros que ustedes han anunciado, por ejemplo, en leyes relacionadas con la igualdad entre mujeres y hombres, y en la promoción del empoderamiento de las mujeres.

México ha hecho historia con la reforma política que ha elevado la paridad de género al nivel constitucional.  No obstante, todavía se requiere avanzar para fortalecer la representación en los cuerpos de toma de decisión, incluyendo en el sector privado y encargarse de la insuficiente participación económica sobre bases de igualdad.

Y esto es exactamente sobre lo que me gustaría hablarles a ustedes.

ONU Mujeres está orgullosa de apoyar los avances globales en la participación política y electoral de las mujeres, y en su acceso a las posiciones ejecutivas de toma de decisión.  Hasta ahora el trabajo no está terminado y esta es una de las razones que nos llevaron el año pasado a lanzar nuestra convocatoria para alcanzar un Planeta 50-50 en 2030.

Hacia este objetivo, estamos trabajando con los socios nacionales en más de 60 países para asegurar la paridad en posiciones de toma de decisión. En México, las mujeres ocupan el 42 por ciento de curules en la Cámara Baja del Congreso, el 7o. lugar en el mundo. Este es un rendimiento excepcional considerando que el promedio global de mujeres en los Parlamentos es de 23 por ciento. Pero esta es la excepción. Desde el nivel local al global, el liderazgo y la participación política de las mujeres es restringido.  Las mujeres tienen una baja representación en posiciones de liderazgo, ya sea en puestos de elección, el servicio civil, el sector privado, la ciencia o la academia.  Esto ocurre a pesar de sus probadas capacidades como líderes y agentes del cambio, y su derecho a participar en condiciones de igualdad en el gobierno democrático.

Cuarenta años después de la primera Conferencia de las Mujeres albergada en México, y veinte años después de la adopción de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, que hizo un llamado al ‘balance de género’, las mujeres todavía están lejos de tener una participación igualitaria en la toma de decisión.

Es innegable que el aumento de la participación de las mujeres es un asunto de democracia genuina y justicia social.

Pero, además es igualmente importante tener en mente que la “Igualdad no es una amenaza. Es una oportunidad”, como ha afirmado legítimamente el Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau.

Un amplio rango de estudios demuestra que la política, los negocios, y las sociedades se fortalecen cuando las mujeres son incluidas en igualdad.   

Cuando las mujeres ocupan posiciones en la toma de decisión, se adoptan más decisiones inclusivas.

Cuando las mujeres son incluidas, se escuchan distintas voces y se crean diferentes soluciones.

La participación de las mujeres en todas las áreas de toma de decisión es tan necesaria para entender al mundo, como para alcanzar el desarrollo sostenible de largo plazo, la prosperidad, los derechos humanos, la paz y la seguridad.

Aumentar la representación de las mujeres en posiciones de liderazgo requiere voluntad política.  Sin el dedicado compromiso político de los gobiernos, los partidos políticos, y los líderes parlamentarios, las mujeres no estarán representadas entre los tomadores de decisiones políticas.

Pero más allá de la política, la participación de las mujeres en la toma de decisión en los sectores económicos y financieros todavía es escasa y todavía luchan contra la desventaja.  

Es alentador que más de 800 CEO alrededor del mundo han suscrito, y se han comprometido públicamente, a apoyar e implementar los Principios de Empoderamiento de las Mujeres que ONU Mujeres ha desarrollado con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas. Estas empresas reconocen los beneficios económicos y sociales del empoderamiento de las mujeres, y que empoderar a las mujeres no solo es lo correcto por hacer, sino que tiene un sólido sentido de negocios.

Aún así queda mucho por hacer.

Como en la arena política, en los sectores económico y financiero hay techos de cristal que impiden que las mujeres lleguen a posiciones de alto nivel.

Como resultado, las brechas más grandes de género en cuanto a salarios, se encuentra generalmente en el nivel más alto de la distribución de salarios, el ‘techo de cristal’ para las mujeres trabajadoras altamente calificadas. Por ejemplo, de acuerdo con Catalyst, las mujeres representan el 31 por ciento de los primeros, funcionarios de nivel medio y gerentes, y el 12 por ciento de los Directores de Finanzas (CFO) de las empresas de Fortune 500, y solo el 2.1 por ciento del total de CEO en el sector de servicios financieros.

Así, aquí es donde perdura la desigualdad: los hombres no solo dominan los más lucrativos bolsillos de los paquetes económicos y financieros, sino que entran en las industrias con más altos salarios más a menudo que las mujeres. De acuerdo con Forbes, de un total de 1,826 multimillonarios globales, 197 son mujeres — 11 por ciento del total. Solo el 9 por ciento de los funcionarios ejecutivos en Silicon Valley son mujeres.

Aún hay otra barrera invisible para el desempeño de las mujeres en la economía y está en el fondo, en lo que llamamos el sombrero del ‘suelo pegajoso’ mantiene a las mujeres al final de la escala de empleos y en los trabajos con sueldos más bajos.

El informe insignia de ONU Mujeres, el Avance de las Mujeres del Mundo, encontró en 2015 que las brechas de género en salarios tienden a ser más grandes en los países en donde la distribución general de sueldos es más desigual. En la OCDE, por ejemplo, las brechas de género en salarios son menores en los países nórdicos en donde las desigualdades generales de sueldos (o dispersión salarial) son más bajas.

En muchas regiones en desarrollo las brechas de género en salarios tienden a ser más grandes para trabajadores sin educación, pero son aún más grandes para aquellos con educación secundaria y post-secundaria. Este es el caso de México. A menudo, también son más amplias en el empleo informal en comparación con el empleo formal. 

En relación con las diferencias rural-urbanas, las mujeres y los hombres obtienen ingresos más bajos que el promedio en las áreas rurales y, en términos absolutos, las mujeres rurales están en el punto más bajo en la escala de ingresos. En partes de América Latina, incluyendo a México, las brechas de género en salaries se componen por etnicidad, lo que da como resultado que las mujeres indígenas están particularmente en desventaja.

Un importante aspecto de la desigualdad yace en el hecho de que el trabajo de cuidados no pagados y el trabajo doméstico han sido considerados por largo tiempo como tareas y roles asignados a las mujeres, parte de su rol reproductivo, y una labor de amor que no ha sido valuada, monetizada ni aun reconocida como trabajo.

En promedio, en el mundo las mujeres realizan casi dos y medio veces el trabajo de cuidados y doméstico que realizan los hombres, y si se combina el trabajo pagado y el no pagado, las mujeres en casi todos los países trabajan más horas que los hombres cada día. ¡Y esto es cierto para México también!

Asimismo, cerca del 83 por ciento de los 53 millones de trabajadores domésticos del mundo son mujeres, y este número está aumentando continuamente en los países desarrollados tanto como en los países en desarrollo.  Casi el 30 por ciento de estas mujeres son privadas de cualesquier derechos laborales y más de la mitad de ellas no tienen derecho a ganar el salario mínimo. Muchas también sufren de abuso sistemático y violencia.

A pesar del enorme reto hacia adelante hacer realidad la igualdad de género tiene una fecha límite, y es el año 2030.

2015 fue un año transcendental para el avance de la agenda de igualdad de género. Fue un año de compromisos innovadores, tales como la Agenda 2030, la Agenda de Addis Abeba del Financiamiento para el Desarrollo, el Acuerdo sobre Cambio Climático de París y el resultado de la revisión global de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad. Este año las Conclusiones Acordadas de la Sexagésima Sesión de la Comisión sobre la Condición de las Mujeres se enfocaron en particular en el empoderamiento económico de las mujeres, la inclusión financiera y sus vínculos con el desarrollo sostenible.

La ambiciosa Agenda global 2030 para el Desarrollo Sostenible incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).  Reúne las dimensiones económicas, sociales y ambientales en 17 ODS, que cubren temas desde la erradicación de la pobreza, el acceso al agua y la energía, la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas, a ciudades, cambio climático y sociedades pacíficas. La Agenda 2030 es relevante para todos los países de los que se espera que los implementarán y alcanzarán exitosamente.

Estoy orgullosa de reconocer que en las negociaciones que conducen a estos acuerdos, México ha jugado un papel crítico de liderazgo en la diplomacia internacional. 

El avance de las mujeres jugará un importante papel en el logro de los ODS. 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen un objetivo autónomo de transformación, comprensivo y universal – ODS 5 – les pido un High Five para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas.

El objetivo se enfoca en temas que son relevantes al nivel global: un fin a todas las formas de discriminación en la ley y en la práctica, la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas; el reconocimiento al trabajo en cuidados no pagados y al trabajo doméstico mediante la prestación de servicios públicos, infraestructura y políticas de protección social. Las mujeres deben tener acceso universal a la salud sexual y reproductiva y a los derechos reproductivos. Las mujeres deben tener derechos iguales a los recursos económicos – tierra, propiedad, tecnología y servicios financieros. Se debe garantizar la participación y el liderazgo de las mujeres en la vida política y económica. Las mujeres deben tener acceso universal a la salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos. Las mujeres deben tener derechos iguales a los recursos económicos – tierra, propiedad, tecnología y servicios financieros.

De modo que ahora es el momento para que todos los países avancen con la implementación.

  • Pero cambiar el status quo requiere de un cambio radical en la forma en que trabajamos.
  • Un cambio radical también es necesario en el nivel de inversiones en mujeres y niñas.
  • El sector privado puede jugar un papel crucial para ayudarnos a cruzar esta brecha de género en el financiamiento.
  • Estamos aquí para movilizar un vasto movimiento de gran alcance en solidaridad de hombres y niños, para que se conviertan en promotores de la igualdad de género. Estos hombres serán conocidos como HeForShes.

La “mentalidad financiera” nos dice que la asignación “correcta” de los recursos monetarios es crucial: la cantidad correcta, el momento correcto y el lugar correcto para las inversiones correctas. 

Entonces, invertir en las mujeres y en las niñas es lo “correcto” por hacer, no solo porque es justo, sino porque puede traer un cambio en el juego de las ganancias económicas y sociales. Y este es el momento “correcto”.  Nuestra convocatoria de Planeta 50-50 para 2030 es un recordatorio de la urgencia de una acción acelerada, de una implementación total y efectiva, y un aumento significativo en los recursos si se espera lograr la Agenda 2030.

Invertir en las mujeres y las niñas tiene un efecto multiplicador sobre la productividad, así como sobre el crecimiento económico sostenible. Existen incontables estudios que nos dicen que las mujeres tienen mayores capacidades para contribuir de manera total a la economía, el lugar de trabajo, sus hogares y sus comunidades, si tienen acceso a oportunidades iguales en educación, cuidados de salud y servicios de protección social y al trabajo decente, y al reconocimiento y valoración del trabajo doméstico y de cuidados no pagados, si tienen una vida libre de violencia y discriminación.

Estas capacidades pueden ser aún mayores si las mujeres tienen acceso y control sobre los recursos económicos, así como oportunidades iguales y completas para lograr el liderazgo en todos los niveles de toma de decisión en política, economía, y en la vida pública.

Un informe del Instituto Global McKinsey concluyó que tanto como $28 trillones de dólares americanos podrían sumarse al PIB mundial en 2025 si las mujeres participaran en la fuerza de trabajo en la misma proporción que los hombres.

El desencadenamiento del potencial de la mitad de la humanidad requiere de un incremento significativo en inversión en escala, alcance y calidad, de todos los recursos y en todos los niveles, integrados y con el objetivo de cruzar la brecha de género como ha sido comprometido en la Agenda 2030.

Necesitamos calcular los costos económicos de la persistente desigualdad de género, y otorgar los recursos requeridos para tratarla en forma adecuada.

Necesitamos mejorar el uso de los marcadores de género y seguir la huella de las inversiones en igualdad de género, y vigilar los resultados de igualdad de género regularmente.

Necesitamos ajustar los presupuestos nacionales, así como los flujos de ayuda internacional a las necesidades reales, y asegurar que se puedan sostener. Y hay lugar para ajustes en todas las fuentes. Por ejemplo, las revisiones en la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) ha demostrado que solo el 5 por ciento de la ayuda está dirigida a la igualdad de género.

La consciencia es importante. La igualdad de género es un asunto de todos, incluyendo de ustedes. Para producir una igualdad sustantiva, necesitamos que las partes interesadas como todos ustedes y especialmente el sector empresarial, den el paso para alcanzar un Planeta 50-50 para 2030.

Aquí en México, hay una gran oportunidad de demostrar liderazgo y estar entre los países de América Latina que impulsan la frontera hacia la igualdad de género, asegurando un financiamiento transformador para la igualdad de género, dentro del país, la región de América Latina, la OCDE y el G20.

El financiamiento transformador significa un incremento importante y la intensificación de las inversiones para asegurar la inclusión de las mujeres en el terreno.

En México vemos una gran oportunidad, a través de la información y la tecnología de comunicaciones, para reforzar la educación, las oportunidades de aprendizaje y el desarrollo de capacidades, para comprometerse con la juventud, para participación política y para que las mujeres y las niñas trabajen para defender sus intereses, derechos y transformación social.

México puede acertadamente celebrar los increíbles logros de las mujeres en la ciencia, la tecnología y la innovación, y el panel de hoy es un testimonio notable de dichas tareas. Aún así, no hay espacio para complacencia y se deberán realizar mayores esfuerzos para utilizar los talentos de las mujeres y que las mujeres avancen en la ciencia, la tecnología y la innovación como tarea urgente para alcanzar la igualdad de género y finalmente, todos los demás objetivos de desarrollo.

Necesitamos conseguir que la comunidad global haga más por asegurar la participación de las mujeres en el sector formal de la economía, al tiempo que se asegure el reconocimiento y el apoyo para las mujeres que permanecen en el sector informal.  

También, es de capital importancia asegurar un financiamiento adecuado para los órganos institucionales de las mujeres, que continúan teniendo pocos recursos de manera repetitiva. Government Spending Watch (2013) encontró que en 13 países con datos disponibles, el gasto del gobierno en maquinarias nacionales de las mujeres fue menor al 0.4 por ciento del PIB y los niveles de gasto permanecieron nivelados o cayeron conforme a un porcentaje del PIB desde la crisis financiera.

Asimismo, en el nivel global, ONU Mujeres ha demostrado ser Capaz para el objetivo, pero también debe ser Financiada para el objetivo a fin de contribuir y apoyar el logro de los Objetivos y enfocarlos para las mujeres y las niñas a través de la nueva Agenda para el Desarrollo.

En conclusión, permítanme reiterar que la igualdad de género es un asunto de todos, incluyendo de ustedes.

Ustedes tienen la fuerza y los medios para la comunidad de usuarios y la construcción del movimiento alrededor del empoderamiento económico y financiero de las mujeres, y el mensaje es claro: Hacer realidad la Agenda 2030 requiere que todos nosotros seamos defensores de la igualdad de género en donde quiera que estemos colocados.  ¡Y esta generación tiene el potencial para lograrlo!!

ONU Mujeres, junto con las plataformas de múltiples participantes como la de Business Call to Action y el Pacto Global de las Naciones Unidas, está lista para trabajar con ustedes.

Una parte para empezar es con nuestros Principios de Empoderamiento de las Mujeres.

Yo animaría a todos los líderes empresariales a obtener una copia de nuestro sitio de internet, registrarse en la declaración de apoyo y trabajar con nosotros para implementar los principios.

Al priorizar la igualdad de género y defender los derechos de las mujeres haremos que la economía, la política y la sociedad trabajen para las mujeres, y también crearemos una economía próspera, una sociedad justa y pacífica y un planeta más sustentable.

Hoy reitero nuestra enhorabuena y doy la bienvenida a las y los notables mujeres y hombres que conjuntamente están liderando el cambio para hacer de la igualdad de género una realidad en México.

¡Contamos con su liderazgo para Dar el paso y hacer posible la misión de tener un Planeta 50-50 en 2030!

Permítanme terminar recordando a Octavio Paz, Premio Nóbel, de quien he aprendido sobre México cuando era Embajador de México en India, y siempre como lectora de sus grandes poemas…

Merece lo que sueñas

¡Las 100 mujeres más influyentes en México seguramente merecen sus sueños, millones de mujeres en México merecen sus sueños y contamos con ustedes! ¡Demos el paso!

Muchas gracias, ¡México lindo y querido!!!