América Latina y el Caribe llaman a incluir la igualdad de género en la agenda de desarrollo sostenible

La Declaración de México, surgida de la Consulta Regional, propone construir un objetivo de desarrollo que garantice la eliminación de la violencia, el empoderamiento económico y la participación en la toma de decisiones por parte de las mujeres.

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ONU Mujeres saluda y reconoce el diálogo y la Declaración de México acordada por los países de América Latina y el Caribe en la reciente Consulta Regional que permitió plantear los retos a futuro de cara a un desarrollo sostenible que tenga en cuenta como eje fundamental a las mujeres y las niñas.

Los acuerdos están contenidos en la Declaración de México con la que América Latina y el Caribe llegarán a las deliberaciones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) en marzo próximo.

ONU Mujeres reconoce el esfuerzo de representantes de los gobiernos y de la sociedad civil para construir un mensaje conjunto sobre la urgencia y la necesidad de incorporar la igualdad de género en las discusiones sobre la agenda de desarrollo posterior al año 2015.

En la consulta convocada por la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Instituto Nacional de las Mujeres, con la colaboración de ONU Mujeres, los países consensuaron proponer a la CSW que cualquier nueva generación de objetivos para el desarrollo sostenible que se adopte a partir del año 2015 debe tratar de ser transformativa y encarar factores que limitan el desarrollo sostenible.

También esos objetivos de desarrollo deben ser universales y aplicables a todos los países independientemente de su estatus económico. Además, basados en los derechos humanos, deberán incorporar la igualdad, incluida la igualdad de género y los derechos y empoderamiento de las mujeres.

Al respecto, y en concordancia con la Declaración de México, dice John Hendra, director adjunto de ONU Mujeres: “La nueva agenda Post-2015 y los objetivos de desarrollo sostenible se deben edificar sobre las lecciones aprendidas, abordando directamente tanto las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres como las normas sociales persistentes y los estereotipos de género que impiden el progreso y discriminan a las mujeres y las niñas”.

Los acuerdos logrados por los países de América Latina y el Caribe sugieren construir un objetivo independiente sobre igualdad de género, que sea amplio e independiente y que aborde tres dimensiones:

• Garantizar una vida libre de todas las formas de violencia a las mujeres y las niñas. El flagelo de la violencia afecta a una de cada tres mujeres en el mundo y aquí en la región de LAC, a pesar del avance en los marcos jurídicos, los índices de violencia siguen siendo alarmantemente altos, incluso en su manifestación más extrema: el feminicidio.

• Garantizar la igualdad de género en la distribución de las capacidades y recursos: conocimientos, salud, salud y derechos sexuales y reproductivos para mujeres y adolescentes; y la igualdad de género en el acceso a recursos y oportunidades, incluyendo educación, el acceso a la tierra, el trabajo decente y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor para construir la seguridad económica y social de la mujer.

• Garantizar la igualdad de género en la toma de decisiones en todos los sectores: público, privado y doméstico. Se necesitan mayores esfuerzos para asegurar la participación igualitaria de la mujer en todos los ámbitos, incluyendo en los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y en el gobierno local. Pero también en el sector privado, en los medios de comunicación y en los partidos políticos.